¿Tienes moho en el baño? Te enseñamos cómo quitarlo
El moho es un hongo perteneciente a un grupo de organismos englobados dentro de la familia fungi, a la que también pertenecen, por ejemplo, las setas. El moho se propaga mediante esporas, que son invisibles al ojo humano debido a su microscópico tamaño. Estas esporas solo crecen y se hacen visibles en un contexto húmedo, por lo que los cuartos de baños son lugares idóneos para la aparición y el desarrollo de este hongo.
Además de los evidentes problemas estéticos que supone tener moho en alguna de las estancias de nuestro hogar, este pude ser nocivo para la salud de algunas personas. Los principales síntomas que presentan los individuos alérgicos a este común hongo están relacionados con el sistema respiratorio —congestión, tos, etc.— y con problemas dermatológicos —picores, manchas en la piel, etc.—. Por ello, si tienes moho en tu baño —ya sea en las paredes, en el techo, en la bañera o en el suelo— te recomendamos que te apliques a la tarea de limpiarlo cuanto antes. A continuación detallamos algunos consejos útiles, todos ellos naturales y de sencilla aplicación.
Los mejores productos: el vinagre y el bicarbonato
Aunque parezca mentira, dos de los productos más efectivos de cara a la erradicación del moho podemos encontrarlos en cualquier hogar: el vinagre de manzana y el bicarbonato de sodio. El poder desinfectante y disolutivo de ambos los convierten en el peor enemigo de este engorroso hongo. Otros instrumentos que deberás tener a mano antes de ponerte a limpiar son: un cepillo, una mascarilla —que cubra boca y nariz—, un pulverizador y una bayeta.
Si puedes resistir el olor a vinagre sin problemas y no te importa que el intenso aroma permanezca en tu baño durante unas horas, te recomendamos que escojas este producto como primera opción. Además de limpiar inmediatamente casi cualquier tipo de mancha que haya en tu baño, las propiedades del vinagre evitarán la aparición de nuevas esporas de moho en un futuro próximo. Un pequeño truco para hacer el olor un poco menos fuerte es añadir al vinagre zumo de limón.
Y manos a la obra. Rellena el pulverizador con vinagre sin diluir y rocía de forma abundante la zona afectada y los alrededores. Después de una hora y ya con la mascarilla puesta, rasca con el cepillo y comprobarás cómo la mancha sale sin ninguna dificultad. A continuación sírvete de la bayeta para recoger los restos que puedan haber quedado. Si lo consideras oportuno, y una vez la pared o el suelo estén completamente limpios, puedes volver a rociar la zona con vinagre —esta vez con mucha menos cantidad— ayudándote de un paño. Esto servirá a modo de prevención para futuras infecciones.
Si no soportas el olor del vinagre o no tienes mucho tiempo, puedes utilizar el bicarbonato de sodio. En este caso deberás verter el producto en agua —con dos cucharadas por medio litro bastará— y agitar bien la mezcla. El proceso es el mismo que con el vinagre, solo que en este caso solo tendrás que esperar unos quince minutos antes de ponerte a frotar. ¡Y no olvides ponerte la mascarilla! Así evitarás inhalar las invisibles esporas que, inevitablemente, flotarán a tu alrededor mientras limpias.
Este simple proceso puede ser aplicado tanto en suelos y paredes como en la bañera, aunque para este último caso no suele ser recomendable el uso del bicarbonato, ya que puede dañar el esmalte de la bañera y sus accesorios.
Pintura antimoho y antihumedad para el techo
Si tienes la mala suerte de que el moho de tu baño se concentra en el techo, el proceso para eliminarlo será un poco más costoso. En primer lugar y en caso de que las haya, deberás rascar las partes desconchadas hasta dejar la zona sin ningún resto de pintura sucia ni humedad, aun a riesgo de dejar muescas. A continuación, sigue los pasos que te hemos indicado anteriormente para limpiar la zona afectada y los alrededores.

Una vez hayamos limpiado y desinfectado la zona, lo más recomendable es que apliquemos masilla —en caso de que hayamos horadado la pared— y pintura antimoho o antihumedad, de cara a prevenir futuros desconchamientos —que casi siempre son sinónimo de la aparición de hongos.